lunes, 8 de junio de 2009

La Fiesta del Corpus Christi y el pensamiento de Benedicto XVI, el papa teólogo.

Qué mejor que prepararnos para la Fiesta de Corpus Christi con algunos pensamientos homiléticos de Benedicto XVI:

CORPUS CHRISTI: EL SEÑOR ESTE PRESENTE EN NUESTRA VIDA

El Santo Padre afirma que en esta fiesta , "la Iglesia reviveel misterio del Jueves Santo a la luz de la Resurrección.

También en el Jueves Santo hay una procesión eucarística, con la que la Iglesia repite eléxodo de Jesús del Cenáculo al Monte de los Olivos. (...)

Jesús entregarealmente su cuerpo y su sangre.

Atravesando el umbral de la muerte, seconvierte en Pan vivo, auténtico maná, alimento inagotable por todos los siglos.

La carne se convierte en pan de vida".

"En la fiesta del Corpus Christi –continúa el Papa actual-, reanudamos esta procesión,pero con la alegría de la Resurrección.

El Señor ha resucitado y nosprecede. (...) Jesús nos precede ante el Padre, sube a la altura de Dios ynos invita a seguirle. (...) La verdadera meta de nuestro camino es lacomunión con Dios".

El Sumo Pontífice señala que en el sacramento de la Eucaristía "el Señor seencuentra siempre en camino hacia el mundo.

Este aspecto universal de lapresencia eucarística está presente en la procesión de nuestra fiesta.

Llevamos a Cristo, presente en la figura del pan, por las calles de nuestraciudad.

Encomendamos estas calles, estas casas, nuestra vida cotidiana, a subondad. ¡Que nuestras calles sean calles de Jesús!

¡Que nuestras casas seancasas para él y con él!

Que en nuestra vida de cada día penetre supresencia.

Con este gesto, ponemos ante sus ojos los sufrimientos de losenfermos, la soledad de los jóvenes y de los ancianos, las tentaciones, losmiedos, toda nuestra vida.

La procesión quiere ser una bendición grande ypública para nuestra ciudad: Cristo es, en persona, la bendición divina para el mundo.

¡Que el rayo de su bendición se extienda sobre todos nosotros!". Refiriéndose al mandato de Cristo: "Tomad y comed... Bebed todos de él",Benedicto XVI subraya que "no se puede "comer" al Resucitado, presente en laforma del pan, como un simple trozo de pan.

Comer este pan es comulgar, esentrar en comunión con la persona del Señor vivo.

Esta comunión, este actode "comer", es realmente un encuentro entre dos personas, es un dejarsepenetrar por la vida de Aquel que es el Señor, de Aquel que es mi Creador y Redentor.

El objetivo de esta comunión es la asimilación de mi vida con lasuya, mi transformación y configuración con quien es Amor vivo.

Por ello,esta comunión implica la adoración, implica la voluntad de seguir a Cristo,de seguir a quien nos precede.

Adoración y procesión forman parte, portanto, de un único gesto de comunión; responden a su mandato: "Tomad ycomed".

El Vicario de Cristo concluye poniendo de relieve que "nuestra procesión acaba ante labasílica de Santa María la Mayor, en el encuentro con la Virgen, llamada porel querido Papa Juan Pablo II "mujer eucarística". María, la Madre delSeñor, nos enseña realmente lo que es entrar en comunión con Cristo. (...)

Pidámosle que nos ayude a abrir cada vez más todo nuestro ser a la presenciade Cristo; que nos ayude a seguirle fielmente, día tras día, por los caminosde nuestra vida. ¡Amén!".

LA HOSTIA CONSAGRADA ES REALMENTE EL PAN DEL CIELO

En otra circunstancia relativa al Corpus, el Benedicto afirma que la Hostia consagrada es "el alimento de los pobres" y "fruto de la tierra y del trabajo del hombre".

Sin embargo, "el pan no es simplemente y solo un producto nuestro, algo hecho por nosotros; es fruto de la tierra y por tanto, un don. (...)

Presupone la sinergia de las fuerzas de la tierra y de los dones del cielo, es decir, del sol y de la lluvia".

"En un período en que se habla de la desertificación y oímos denunciar cadavez más el peligro de que hombres y bestias mueran de sed en las regionesque no tienen agua, nos damos cuenta de la grandeza del don del agua y deque somos incapaces de conseguirla por nosotros mismos.

Entonces, mirandodesde más cerca este pequeño trozo de Hostia blanca, este pan de los pobres,es como una síntesis de la creación".

El Santo Padre pone de relieve que "cuando al adorar miramos la Hostiaconsagrada, nos habla el signo de la creación.

Entonces encontramos lagrandeza de su don; pero también encontramos la Pasión, la Cruz de Jesús ysu resurrección".

"En la fiesta del Corpus Christi vemos sobre todo el signo del pan, quenos recuerda también la peregrinación de Israel durante los cuarenta años enel desierto.

La Hostia es nuestro maná, con el que el Señor nos nutre; esrealmente el pan del cielo, mediante el que se dona a sí mismo.

En laprocesión seguimos este signo y así le seguimos a El mismo". Benedicto XVI pide al Señor:

"¡Guíanos por los caminos denuestra historia!

¡Muestra a la Iglesia y a sus pastores siempre de nuevo eljusto camino!

¡Mira a la humanidad que sufre, que vaga insegura entretantos interrogantes; mira el hambre físico y psíquico que la tormenta!

¡Da a los seres humanos pan para el cuerpo y para el alma!

¡Dales trabajo, dalesluz, dales Tú mismo!

Purifícanos y santifícanos!".

"Haznos comprender que sólo mediante la participación en tuPasión, mediante el "sí" a la cruz, a la renuncia, a las purificaciones quenos impones, nuestra vida puede madurar y alcanzar su verdaderocumplimiento.

¡Reúnenos de todos los confines de la tierra! ¡Une a tuIglesia, une a la humanidad lacerada! ¡Danos tu salvación!".

Adaptación de Gustavo Daniel D´Apice
Profesor Universitario de Teología
Pontificia Universidad Católica

http://es.catholic.net/gustavodaniel
http://gustavodaniel.autorcatolico.org/
gusdada@uolsinectis.com.ar

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