domingo, 29 de agosto de 2010

¿Qué son los Padres de la Iglesia?

A los Santos Padres o Padres de la Iglesia se los menciona constantemente.

Primeramente son mencionados por el Magisterio de la Iglesia (conformado por los Obispos unidos entre sí y, por supuesto, unidos al Obispo de Roma, el Papa).

Luego por estudiosos, teólogos, historiadores, filósofos, aficionados a la lectura y a la cultura de diversas maneras, etc.

¿Qué son en realidad y quiénes fueron los Santos Padres, y cómo no confundirlos con otras acepciones que por extensión parece tener el término?

En el Catecismo de la Iglesia Católica, se los nombra en los fundamentos (lo que correspondería a la rama de la Teología Fundamental en los manuales y cursos), más precisamente en el Nº 78.
Y a su vez el Catecismo se remite a la Constitución del Concilio Vaticano II “Dei Verbum”, sobre la Palabra de Dios, que los cita en su Nº 8.

Teológicamente, cuando hablamos de los Padres de la Iglesia o de los “Santos Padres” (nada tiene que ver con el plural de “Santo Padre”, uno de los títulos con que se designa actualmente al Sumo Pontífice), en sentido estricto y directo, nos referimos a escritores eclesiásticos (filósofos y teólogos) que cumplen con estos requisitos:

1) Doctrina ortodoxa, es decir, recta católicamente, sin error y eminente.

2) Son santos, es decir, están canonizados pública y oficialmente por la Iglesia.

3) Tienen antigüedad en la historia:
Para los escritores orientales, hasta San Juan Damasceno en el año 749. Para los occidentales, hasta la muerte de San Isidoro de Sevilla, en el 636. Es decir, llegan hasta los siglos VII-VIII.

Algunos mencionan también a San Bernardo de Claraval (siglo XII), como “el último de los Padres de la Iglesia”, un título más bien honorífico y no por la antigüedad histórica que mencionamos para occidente, ya que es posterior, pues renovó e hizo presente la doctrina de los Santos Padres. Bernardo también fue declarado Doctor de la Iglesia, y alabado luego en su doctrina por los reformadores Lutero y Calvino.

Éstos, los Padres de la Iglesia o Santos Padres, prácticamente han elaborado la fe de la Iglesia, y la han explicitado y explicado, a partir de los datos de la Revelación: Sagrada Escritura y Tradición Viva –comunicación oral desde la comunidad de Jesús y los apóstoles, y a través de éstos de Obispo en Obispo en la Sucesión Apostólica de los tiempos-, siempre fieles al Magisterio de la Iglesia. Por ello su doctrina es recta y sin error.

Se pueden ver sobre este tema los números 75 al 82 del Catecismo de la Iglesia Católica, y los números 85 y 86.

Ejemplo de ellos son los santos Agustín, Ambrosio, Atanasio, Beda el Venerable, Cirilo y Clemente de Alejandría, Efrén, Gregorio Magno, Ireneo, Jerónimo, Juan Crisóstomo, Juan Damasceno, Justino.

No se los debe confundir con aquellos a quienes la Tradición Viva y el Magisterio de la Iglesia llama “Escritores Eclesiásticos”, que son también escritores de la antigüedad importantes que, aunque valorados y citados, estudiados y mencionados en sus mejores textos en la Liturgia, les falta alguna de las notas señaladas para los Santos Padres: Tuvieron algún error en su doctrina o en su vida, y por lo tanto no están canonizados.

Ejemplo de escritores eclesiásticos son Orígenes y Tertuliano.

Y empleemos también un apartado para distinguir a los Padres de los Doctores de la Iglesia, y de paso decimos algo de lo que éstos son.

a) Los Doctores de la Iglesia, a semejanza de los Santos Padres, cumplen con la nota de estar canonizados, es decir, de ser santos declarados públicamente por la Iglesia.

b) La doctrina de los Doctores es también sin error y eminente, y como todo doctor en su tesis, tiene que ser novedosa en algún aspecto, ya sea en su forma de expresarla o de vivirla.

c) La nota innovadora es que, además, esta doctrina tiene que ser camino de santidad para todos: Desde el Papa hasta el “último laico”: obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos/as, laicos.

De aquí se deduce también que a veces la doctrina de los Santos Padres o Padres de la Iglesia, es entendida y estudiada sólo por expertos en el tema o estudiosos de los mismos, cosa que no sucede con los Doctores.

d) Y a diferencia de los Santos Padres, los Doctores no tienen por qué tener antigüedad en la historia, ya que los hay antiguos y modernos, y por qué no, algunos de los contemporáneos o que caminan o caminaron con nosotros lo serán.

Ejemplos de Doctores de la Iglesia son:

San Juan de la Cruz, con su camino contemplativo, el más fácil y el más corto de todos, lleno de nadas y vacío interior, hermoso de captar en sus Obras, como el “Cántico Espiritual” y la “Subida al Monte Carmelo”.

Santa Teresa de Jesús, maestra de oración, con su “Camino de Perfección” y el libro de las “Moradas”, para la experiencia mística e íntima de Dios, hasta llegar a quedarse con Jesús como esposa en su alcoba.

Santa Teresita del Niño Jesús, con su forma de presentar y vivir la niñez espiritual y el abandono confiado en los brazos del Padre Celestial, plasmado en su vida y expresado en su Autobiografía “Historia de un Alma”.

También lo son San Agustín y otros. Por lo que algunos Santos Padres también son Doctores de la Iglesia, por su novedad de expresión y vida, y porque su doctrina es accesible a todos como camino de perfección.


Gustavo Daniel D´Apice
Profesor de Teología
Pontificia Universidad Católica